lunes, 27 de diciembre de 2021

La Navidad tarijeña

 

Tarija tiene siete fiestas grandes: 15 de abril, carnavales, Pascua, San Roque, Virgen de Chaguaya y Navidad. Las últimas cuatro están vinculadas con fiestas de la Iglesia Católica. Carnavales se festeja los días que preceden al miércoles de ceniza, cuando comienza el tiempo de cuaresma y en el 15 de abril se celebra la victoria sobre el ejército realista, del ejercito combinado del general La Madrid y los montoneros tarijeños. En la Navidad se celebra el increíble acontecimiento de que Dios se hace hombre en la humanidad de un niño, que es la fe de más de 2.000 millones de personas en el mundo. Pero también la Navidad se ha convertido en una celebración mundial.

La característica principal de la fiesta de la Navidad tarijeña son las adoraciones al Niño Dios. Las realizan los niños y los jóvenes mediante bailes y canciones. Comienzan mucho antes del 25 de diciembre y se llevan a cabo delante de los nacimientos que arreglan familias tarijeñas. Se realizan de acuerdo a una liturgia que comprende bailes y cantos, cuya finalidad es adorar a Jesús recién nacido. También se realizan las trenzadas, donde los danzantes bailan tomando trenzas que cuelgan de un palo. Las adoraciones se llevan a cabo en las noches hasta que se celebra la fiesta principal, cuando se va a la iglesia para la misa. En esta ocasión se lleva la imagen hasta la iglesia con los danzantes bailando y se vuelve danzando hasta la casa anfitriona para continuar la celebración. Durante las adoraciones se invitan masitas y mistelas.

En mi niñez a mi me tocó participar con mucha alegría y entusiasmo en las adoraciones, cuando Tarija era una ciudad pequeña. Era el tiempo cuando los niños creíamos que los regalos los traía el Niño Dios, cuando se comía el pan de navidad que se hacía en las casas y que ahora se llama panetón y se fabrica en cantidades industriales.

Las navidades tarijeñas dejaron una huella profunda en mi espíritu, pero una que nunca olvidaré es la navidad que pasé cuando trabajaba como ingeniero en el Servicio Nacional de Caminos, en la localidad de Río Negro de la carretera Tarija – Bermejo. Esa navidad la pasé con la comunidad de campesinos que vivían en el lugar, donde tenía mi oficina y alojamiento. Todas las tardes nos reuníamos en la rústica capilla que había en el lugar. Con tres músicos, uno que tocaba la quena, otro el tambor y el tercero el bombo, los niños de la comunidad, la mayor parte descalzos, adoraban al Niño Dios, siguiendo la liturgia de las adoraciones.

La letra de las canciones de la adoración es poesía de alabanza a Dios, con lenguaje tarijeño expresando el alma tarijeña. Una muestra es la siguiente:

“Niño Manuelito que bonito sois,

dentro tu cunita grano de oro sois.

Dulce Jesús mío, mi niño adorado

oh rey de los cielos nacido en Belén”

“Arrurú mi niño, arrurú mi Dios,

que todo mi anhelo es estar con vos”

“Ya viene la vaca por el callejón,

trayendo la leche para el Niño Dios.

Estrellas del cielo, aurora del mar,

que vamos muy pronto a Dios a adorar”

“Pisa, pisa pastorcillo, pisa, pisa con valor,

tomaremos vino dulce de la viña del Señor”

“A las doce de la noche un gallo nos despertó,

con su canto tan alegre, diciendo Cristo nació.

Bajan ángeles del cielo a enseñarnos a adorar

al Señor de cielo y tierra, sacramento del altar”

“Trencen y destrencen, vuelvan a trenzar,

que el rey de los cielos está por llegar.

Albricias, albricias nos den,

que ay ser niño hermoso nacido en Belén”