Cuando se produjo la caída
de los precios del petróleo, lo cual traería consigo la baja en los precios del
gas, el ministro de economía Luis Arce Catacora del gobierno de Evo Morales
declaró a la revista Nueva Economía, que esto no sería mucho problema para la
economía boliviana puesto que ésta “a partir de 2016 empezará a recibir los
recursos de la industrialización y de las empresas estatales en actual proceso
de consolidación. Vamos a empezar a recibir los réditos de haber invertido en
su momento. Las carreteras van a estar concluidas, los proyectos de
industrialización del litio, el Mutún, las plantas de cemento, las
hidrometalúrgicas, las carreteras. Eso significa mayor crecimiento económico”.
Según las declaraciones que
hizo allá por 2014 el ministro de economía Luis Arce, los réditos de las
inversiones que se hicieron con los cuantiosos recursos que tuvo el gobierno
por las exportaciones de gas, tenían que haber producido ingresos de moneda
extranjera que repondrían las reservas internacionales, en primer lugar con el
pago de las deudas que fueron contraídas con el Banco Central y con los
beneficios por encima de los costos de inversión y operación que hubieran
producido las inversiones.
Evidentemente si se
hubiera invertido bien, se hubieran creado otras fuentes de ingreso para el
país, pero los más de 50.000 millones de $US de ingresos que tuvo el gobierno
fueron despilfarrados en elefantes blancos, empresas deficitarias, proyectos
antieconómicos como los de construcción de carreteras y aeropuertos, gastos
innecesarios como edificios, canchas y estadios de futbol, gasto corriente
excesivo y la consiguiente corrupción y sobreprecio que implicó la contratación
de las empresas encargadas de la construcción de las obras. En el programa de
construcción de carreteras, en el que se embarcó el gobierno, se gastaron
11.000 millones de $US y el país sigue teniendo una pésima red de carreteras, en
la cual los transportistas se niegan a pagar los peajes por el pésimo estado en
que se encuentra.
Durante el tiempo de
bonanza, cuando el país tenía las más altas tasas de crecimiento de la región y
que el gobierno declaraba como muestra del éxito de su modelo económico, el
ministro de economía era calificado como el mejor ministro de economía de la
región. En cierta ocasión un periodista, en una entrevista con el ministro Arce,
lo llamó “super Lucho” a lo que Arce respondió que el único super que había era
el superavit. Este efectivamente duró hasta que se dejó de percibir los enormes
ingresos que recibía el país, principalmente por la exportación de gas natural.
Por más de una década, el gobierno con Luis Arce de ministro de economía y
presidente de la república, gasta más que los ingresos que recibe, lo que
ocasiona déficits por encima del 8 %. El gobierno después de la bonanza siguió
gastando como si ésta no se hubiera acabado.
La responsabilidad por la
economía la tiene en primer lugar el presidente, pero el presidente Evo Morales
se dedicaba a viajar, a jugar futbol, a participar en agasajos que le
preparaban sus adherentes, a buscarse niñas adolescentes, se dedicaba solo a
divertirse. La administración del estado la realizaban el vicepresidente y los
ministros de la presidencia, de gobierno y el ministro de economía, que
supuestamente debía haberse ocupado del manejo de la economía. Este manejo no
existió y lo que primó fue el despilfarro de los recursos del estado. En una
entrevista, un periodista le preguntó al ministro Arce si aprobaba los gastos
dispendiosos que hacían los ministerios, a lo que respondió que cada ministerio
tenía su propia política económica. O sea tampoco existía la necesaria
coordinación entre los ministerios. Esto explica porque el presidente Arce
declaró que la falta de combustibles no era culpa de él, ya que no fue ministro
de hidrocarburos.
La elaboración de los
presupuestos generales de la nación durante el gobierno de Evo Morales estuvieron
bajo la responsabilidad de Luis Arce como ministro de economía. El presupuesto
tiene que estar dirigido a buscar el mejor uso de los recursos del estado, a
contener proyectos de inversión que tengan rentabilidad y a equilibrar los
ingresos con los egresos. Los presupuestos del ministro Luis Arce nunca tuvieron
estos objetivos básicos. Como consecuencia de la falta de inversiones en la
exploración de hidrocarburos, los ingresos que proporcionaban las exportaciones
de gas se redujeron y los egresos no se redujeron en la misma medida, lo que
provocó el gran déficit fiscal que sufre la economía por más de una década. La
caída de los ingresos por las exportaciones de gas ha producido una grave
escasez de dólares y ha mermado la capacidad del gobierno para importar
combustibles subsidiados, que ha ocasionado también una escasez de combustible.
Estos son las principales causas de la grave crisis económica que sufre el país,
cuyos responsables son Evo Morales Ayma y Luis Arce Catacora.