lunes, 14 de julio de 2025

Aniceto Arce Ruíz, constructor de Bolivia

 

I

Aniceto Arce Ruíz nació el 17 de abril de 1824 en la ciudad de Tarija. Sus padres fueron el teniente coronel don Diego Antonio de Arce y la señora doña Francisca Ruíz de Mendoza. Aniceto era el último de nueve hijos. La familia residía en el campo, dedicada a las labores agropecuarias en el fundo de Charaja, cerca del pueblo de Padcaya. A la muerte de su padre en 1831, Aniceto recibió en herencia un caballo colorado, una repisa, un martillo, una batea y un barrenito, que en total valían 118 pesos con cuatro reales. Aprendió las primeras letras en la escuela de Padcaya y para ampliar su educación en 1835 su madre lo envió a la ciudad de Tarija a continuar sus estudios, bajo la “solícita e inteligente vigilancia” de su tío fray Baltazar Arce, que ejerció una profunda influencia en la formación de Aniceto Arce.

En el año 1838, cuando tenía 14 años, murió su madre Francisca Ruíz de Mendoza. A instancias de su tío, viajó a la ciudad de Sucre montado en el caballo colorado que recibió en herencia y con cuatro y medio reales para sus gastos, que no llego a gastar, por la hospitalidad que recibió durante el viaje. En Sucre fue acogido por una familia tarijeña de apellido Mora, con la que vivió por algunos meses hasta que consiguió una beca en el internado del Seminario de Sucre, gracias a la gestión de su hermano mayor Miguel Arce, que estaba terminando sus estudios para ordenarse de sacerdote.

Ingresó al colegió Junín en el año de 1842. Desde el inicio de sus estudios el año de 1838 se distinguió como un excelente alumno, especialmente en la materia de matemáticas. Recibió una amplia educación humanística que le dio una sólida cultura y una buena preparación para las ciencias exactas.

En el año de 1845 ingresó a la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de San Francisco Xavier. Terminó sus estudios el año 1846 y el 24 de abril de 1847 recibió el título de abogado en el grado de “doctor en grado mayor” después de aprobar su examen en la Corte Suprema. Por sus excepcionales dotes y preparación en matemáticas, fue requerido por el gobierno del general José Ballivián para formar parte de la Mesa de Estadística, encargada de recoger estadísticas del país a cargo del Dr. José María Dalence.

Terminado este trabajo volvió a Tarija con el propósito de reconstituir la hacienda de Charaja, pero prefirió aceptar el cargo de secretario de la prefectura. En 1850 fue elegido diputado por el departamento de Tarija, para concurrir al congreso convocado por el gobierno del general Manuel Isidoro Belzu en la capital de la República. Ante un violento plan de represalia y persecución con fusilamientos ejercido por el gobierno, el diputado Esteban Rosas presentó un proyecto de ley destinado a salvaguardar la vigencia de la constitución, que fue apoyado por Aniceto Arce. El gobierno reaccionó apresando a seis diputados. Uno de los diputados fue condenado a la pena de muerte, que no fue ejecutada y los demás fueron llevados a una prisión en la región de Guanay del departamento de La Paz. En Guanay Aniceto Arce se dedicó a lavar oro.

Con su compañero, el médico Facundo Carmona, se fugó de la prisión llegando al pueblo de Apolo, atravesando durante 27 días la espesa selva, alimentándose de lo poco que habían podido llevar, de lo que podían cazar y de frutas silvestres. En Apolo fueron socorridos por el vecindario con alimentos, ropa y algo de dinero, con lo que continuaron su viaje hasta la ciudad de Puno. El Dr. Carmona se quedó en Puno ejerciendo su profesión, Aniceto Arce decidió trasladarse a Copiapó de la República de Chile, con la venta del oro que recogió en Guanay y con el auxilio del Dr. Carmona. En Copiapó se estaba produciendo una bonanza económica por las minas de cobre de Chañarsillo, a donde se fue a vivir.

En Chañarsillo comenzó su actividad económica como criador de gallinas. Se hizo amigo de importantes banqueros y empresarios chilenos de apellidos Edwards, Cousiño, Concha y Toro, Gallo, Pereira, Cuadra y se hizo conocer por su educación, conocimientos, competencia y cualidades morales, de manera que consiguió el puesto de administrador de una de las minas de Chañarsillo.

Chañarsillo se convirtió en la escuela en la que Aniceto Arce aprendió minería. De allí salió como experto en explotación de minerales y administrador de empresas. Allí lo encontró don Avelino Aramayo, quien viendo sus cualidades de administrador le llevó en 1854 a Potosí, para que se haga cargo de la administración de su mina Real Socavón de Potosí. Aparte de ser administrador, Aniceto Arce se dedicó a estudiar sobre técnicas modernas de explotación de minerales.

Siendo administrador de la mina Real Socavón de Potosí, contrajo matrimonio, en enero de 1856, con Amalia Argandoña Revilla. Amalia era “una mujer sencilla, cristiana, abnegada, hacendosa e inteligente” con ella Aniceto Arce realizó un matrimonio feliz, aquel propio de una esposa virtuosa y un intachable hombre de hogar, que llevaba una vida austera, alejado de las liviandades de la vida ligera. Tuvieron cuatro hijos: Luisa, Carlos, Diego y Ricardo.

 

II

Huanchaca era el nombre del ingenio donde se procesaban los minerales de plata que se extraían en la mina ubicada en el cerro de Pulacayo. El descubridor y el que trabajó en la explotación de sus minerales, sin lograr resultado, fue don Mariano Ramírez. Ante la difícil situación en que se encontraba Ramírez, en la que ante la ausencia de producto, sus socios le estaban exigiendo la clausura del trabajo y el abandono de la mina, Mariano Ramírez recurrió a la opinión profesional de Aniceto Arce.

En Pulacayo Aniceto Arce estudió las características de la mina, su potencial mineralógico, los trabajos que tenían que hacerse para explotar la mina y las dificultades que se encontrarían para realizarlos. Su informe fue que la mina Pulacayo podía ser explotada con beneficio, pero bajo un marco diferente al que tenía Mariano Ramírez. Viendo el potencial que tenía la mina, le compró a Mariano Ramírez en junio de 1856 dos de las cuatro acciones que tenía en la empresa.

La empresa minera creada por Mariano Ramírez se llamaba “Sociedad Mineralógica de Huanchaca” y con la incorporación de Aniceto Arce quedó conformada además de su fundador, por Mariano Argandoña, Mariano Revilla, José Ignacio del Río y Juan Elías del Dúo. Se suscribió una nueva escritura y los antiguos socios exigieron la cesación de Mariano Ramírez de sus funciones de gerente y director. Contrariado por esta actitud transfirió sus acciones a Mariano Argandoña y Mariano Revilla.

Para dirigir las labores en la mina, los socios decidieron que se haría mediante la rotación de ellos en la dirección administrativa de la empresa. Como era de esperar y como Aniceto Arce pronóstico, el sistema no dio resultado alguno y la mina continuó siendo improductiva. Después de cuatro años de ser socio de la Sociedad Mineralógica de Huanchaca, cuando tenía 32 años, Aniceto Arce decidió volver a la actividad política. Fue amigo del presidente José María Linares y como miembro del partido rojo apoyó a su gobierno. Ocupó cargos en el rectorado del colegio Pichincha y en la fiscalía del distrito de Potosí.

En enero de 1861 fue derrocado el presidente José María Linares. En las elecciones convocadas en 1861 por la junta de gobierno para constituir una asamblea, Aniceto Arce fue elegido diputado por el departamento de Potosí. En las elecciones realizadas en 1862 José María Achá fue elegido presidente y nombró a Arce jefe político de Potosí y luego ministro de hacienda. Los dos cargos los ocupó en el año de 1862.

En el año de 1863 fue enviado como encargado de negocios a las repúblicas de Paraguay y Argentina, para obtener la cooperación del Paraguay en la navegación en los ríos Pilcomayo y Paraguay y con Argentina en el establecimiento de límites. El 8 de diciembre de 1864 el general Mariano Melgarejo derrocó al general José María Achá y se proclamó presidente de la república. Con la asunción del nuevo gobierno, Aniceto Arce decidió retirarse de la política y volver a la actividad minera.

De regreso a la Sociedad Mineralógica de Huanchaca, Aniceto Arce viendo que entre los socios no había un acuerdo posible para una administración seria y competente, les propuso asumir (el año 1865) la dirección de los trabajos en la mina, comprometiéndose a pagar a los accionistas 200 $b mensuales por cada acción y 2.000 $b al final de cada año. Arce tenía apenas una acción en la sociedad. Ante la aceptación de la propuesta, Arce vio por conveniente trasladarse a Huanchaca, para dirigir de cerca los trabajos en la mina y el ingenio. Lo hizo con su familia.

Fueron para Aniceto Arce y su familia seis años de incertidumbre, estrechez y privación. En este tiempo, continuamente se veía en dificultades para cumplir oportunamente con los salarios a sus trabajadores, por la pesada carga que tenía que cumplir con sus socios. Pero su carácter amable y comprensivo y el hecho de que él y su familia compartían la difícil situación, los operarios y mineros no dejaron de apoyar el esfuerzo productivo que Arce implantó en Huanchaca. Aparte de ser el gerente, era otro trabajador de la mina. Era “director, ingeniero, peón y carretonero”. Estaba constantemente buscando los mejores métodos de la explotación de la mina y del procesamiento de los minerales. Hacía viajes a Chile para estudiar cómo mejorar las operaciones.

La producción de minerales de plata creció ostensiblemente en la mina hasta formar un cerro y solo el mineral bien seleccionado era procesado en el ingenio. Para incrementar la producción de minerales, procesando los minerales de baja ley de los desmontes, se necesitaba ampliar el ingenio, aplicar métodos modernos de procesamiento, adquirir maquinaria moderna y mejorar los medios de transporte. A estos propósitos obedecían los frecuentes viajes de Arce a Chile y a medida que sus recursos lo permitían, introducía reformas en los sistemas de producción de la mina y el ingenio. En Chile hacía fabricar máquinas que el diseñaba y las hacía llevar a Huanchaca para mejorar las operaciones.

 

III

Con el objetivo de conseguir capital para incrementar la producción de minerales de plata, Aniceto Arce viajó a Chile. Buscó en Valparaíso y Santiago a los amigos que hizo en Chañarcillo y les presentó la propuesta de formar una empresa para explotar la riqueza de la mina Pulacayo. Las negociaciones para la formación de la empresa se realizaron durante largos meses en Valparaíso, con temas difíciles de resolver. Como resultado de las negociaciones se formó la “Compañía Huanchaca de Bolivia”. La escritura de organización como sociedad de acciones lleva fecha de 1º de enero de 1873, siendo la primera sociedad anónima que se fundara en Bolivia.

El 27 de noviembre de 1872 ocurrió, en un incidente en su despacho, la trágica muerte del presidente Agustín Morales, asumiendo a la presidencia el Dr. Tomás Frías, quien designó a Aniceto Arce en el cargo de prefecto del departamento del Litoral en diciembre de 1872. En el año de 1873 Arce llevó a su familia a Sucre. Como prefecto del departamento del Litoral, Aniceto Arce se encargó de la urbanización de la nueva ciudad de Mejillones, de la “formación edil del puerto de Mejillones” y de la reapertura del camino de Cobija a Calama. Posiblemente Arce dejó de ser prefecto cuando Tomás Frías dejó de ser presidente.

Los tres primeros años de funcionamiento de la Compañía Huanchaca (1873 – 1875) fueron años de fracasos, descalabros y ensayos estériles. La venta de minerales apenas alcanzaba para cubrir los gastos ordinarios, se tuvo que recurrir al crédito para cubrir los gastos originados por las obras de desarrollo. La compañía se sostenía con el procesamiento de los minerales contenidos en el ingenio.

Ante la difícil situación en que se encontraba la Compañía de Huanchaca, la mayoría de los socios consideraban conveniente liquidarla. Lo que requirió la intervención de Arce, quien contrató los servicios de los hermanos Carlos y Ernesto Francke. Después de 14 meses de realizar experimentos, los hermanos Francke encontraron un procedimiento satisfactorio de procesamiento de los minerales de Pulacayo, por medio de tinas de amalgamación, inventadas por ellos. Arce tuvo una participación activa en el proceso de experimentación. A partir del año de 1876 se pudo procesar los minerales de la mina de Pulacayo y la producción de plata ya no dependió de las reservas.

A partir del año de 1877 la producción de plata se incrementó y se tuvo una utilidad líquida, había comenzado el auge de la Compañía de Huanchaca. Al 31 de mayo de 1878 Aniceto Arce tenía 1.941 acciones de las 6.000 acciones de que estaba compuesta la compañía (32,35 %). Los accionistas bolivianos eran once y eran dueños del 78,78 % de las acciones (4.727 acciones). Los accionistas chilenos eran 23 y controlaban el 21,22 % de las acciones (1.273 acciones). La compañía empleaba un promedio mensual de 1.567 trabajadores que recibían salarios fijados por contrato y se distinguían por su “honorabilidad, disciplina y sobriedad”. La empresa les proveía de vivienda, escuelas y dos hospitales.

Aniceto Arce fijó su residencia y la de su familia en la ciudad de Sucre. Hacia el año 1870 compró una huerta llamada Huirupucu, situada a 5 Km de la ciudad de Sucre. En 1873 construyó una vivienda en la que instaló a su familia, mientras hacía construir un palacio de 52 habitaciones. Luisa la hija primogénita le puso el nombre de “La Florida”.

La Florida, además de ser la residencia de la familia Arce Argandoña era una granja. Aniceto Arce desarrolló la granja hasta convertirla en un establecimiento agroindustrial. La Florida era también la oficina desde donde Aniceto Arce administraba las fincas que había adquirido, incluyendo La Oroya herencia de su esposa Amalia. Las otras fincas también las desarrolló (entre 1870 y 1880) en la misma forma que lo hizo en La Florida. En las fincas introdujo la utilización de maquinaria.

En sus fincas Aniceto Arce desarrolló establecimientos agrícolas y ganaderos para la producción de diversos productos como trigo, frutas, caña de azúcar, carne, leche y otros, según la región donde se encontraban. Las fincas La Oroya y Tirispaya se encontraban en la provincia Cornelio Saavedra del departamento de Potosí. Por su situación en un valle, se producía en ellas trigo. En la provincia Sud Chichas de este departamento, en el valle del río Suipacha, tenía la finca Santa Rosa, en la que se cultivaba alfalfa, para alimentar el ganado vacuno que venía de Tarija para su consumo en las minas.

A orillas del Río Grande, entre las provincias Oropeza de Chuquisaca y Campero de Cochabamba, Aniceto Arce estableció las fincas Caraparipí, La Barca y Constancia, para el desarrollo de la agricultura tropical y la crianza de ganado vacuno. En Caraparipí se construyó una planta de destilación para la producción de azúcar. La planta contaba con turbinas hidráulicas, trapiches de acero, motores a vapor y un potente rectificador. Para la crianza de ganado vacuno se importaron y llevaron a las fincas toros y vacas de raza Durham.

 

IV

En 1878 Aniceto Arce presentó al Gobierno de Daza una solicitud de autorización para construir un ferrocarril desde Mejillones a Huanchaca, con un ramal de Huanchaca a La Paz y otro de Huanchaca a Potosí y Sucre. Presentó planes concretos y cálculos iniciales, que habían sido realizados por el Ing. Hugo A. Desmond, contratado por Arce. El presidente Daza recibió con mucho entusiasmo la solicitud y emitió una resolución autorizando la realización del proyecto.

Aniceto Arce viajó a Chile e hizo gestiones para formar una sociedad y conseguir financiamiento para construir el ferrocarril. Todas estas gestiones se realizaron en vano, porque el presidente Hilarión Daza decidió hacer efectivo el impuesto de 10 centavos por quintal de salitre exportado, que la Asamblea Nacional de Bolivia impuso a la Compañía de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta. Chile consideró que con el impuesto Bolivia rompía con el tratado de 1874 y procedió a la toma de Antofagasta y a la ocupación del Departamento del Litoral.

La Compañía de Huanchaca, bajo la dirección de Arce, apoyó al país en la guerra contra Chile, concediendo un empréstito al Gobierno de 500.000 Bs y prestando auxilios de alimentos, forraje y ropa a la Quinta División de Narciso Campero. También Arce llevaba personalmente los auxilios que hacía él por su propia cuenta. Junto con la Compañía Guadalupe, garantizó el préstamo de 1.000.000 Bs que el Banco Nacional le hizo al Gobierno. El ejército aliado de Bolivia y Perú fue derrotado en 1880 por el ejército chileno en la batalla de Tacna.

Aniceto Arce desde que propuso la construcción del ferrocarril que vincularía al país con su departamento del Litoral, se ocupó de diseñar y concretar su proyecto, que lo presentó al directorio de la compañía Huanchaca. Finalmente, la junta general de la Compañía de Huanchaca, celebrada el 1º de marzo de 1885, autorizó la formación de una sociedad con la Compañía de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta, para construir un ferrocarril desde Pampa Alta (hasta donde tenía construida una línea) hasta Huanchaca. En el mes de mayo, Arce llegó a un acuerdo con la Compañía de Salitres para la construcción de la línea férrea desde Pampa Alta hasta el límite del departamento del Litoral ocupado por Chile. Ambas compañías se comprometían a organizar una sociedad para continuar la construcción del ferrocarril hasta Huanchaca, después de que se obtuviese la autorización del Congreso Boliviano. El 20 de enero 1887, la Compañía de Huanchaca adquirió en Valparaíso de la Compañía de Salitres, los derechos y acciones del ferrocarril de Antofagasta hasta el límite del departamento del Litoral.

La construcción del ferrocarril se detuvo en la línea que demarcaba el territorio administrado por Chile, por la oposición de los políticos liberales, que decían que el ferrocarril iba servir para que Chile invadiera Bolivia. Arce prosiguió la construcción del ferrocarril hasta la ciudad de Oruro, durante el periodo de su presidencia (1888 – 1892). La construcción del ferrocarril hasta Oruro fue financiada enteramente por la Compañía Huanchaca. El ferrocarril Antofagasta – Oruro fue inaugurado en mayo de 1892. Para la administración del ferrocarril desde Antofagasta, se formó una compañía que se denominó “The Antofagasta and Bolivia Railway Company Limited”.

Durante su gobierno, Aniceto Arce se dedicó a organizar al país y a cambiar su estructura económica, mediante el desarrollo de la industria y la construcción de vías de comunicación. Para consolidar a la república, Arce emitió el 3 de diciembre de 1888 la “Ley de Organización de la República”, que estuvo vigente en los 50 años siguientes. Se preocupó por dotar a Bolivia de instituciones, leyes y reglamentos que la conduzcan por los caminos del desarrollo. Fundó el Colegio Militar del Ejército, para que Bolivia disponga de un ejército profesional, que no lo tuvo en la Guerra del Pacífico. Dio un fuerte impulso a la industria agrícola e industrial. Buscó introducir la industria siderúrgica. Dictaminó la ilegalidad del pongueaje con la resolución del 27 de enero de 1891, por lo que tuvo una dura oposición de los terratenientes.

Aparte de la construcción del ferrocarril de Antofagasta a Oruro, las grandes obras de Aniceto Arce fueron: introducción de la maquinaria en las industrias minera y agrícola, la extensión del telégrafo a la mayor parte de los centros poblados del país, la construcción de caminos, puentes, edificios públicos, acueductos y obras de mampostería para la conservación de suelos. Según lo reconoció Simón I. Patiño, el ferrocarril Antofagasta – Oruro hizo posible el desarrollo de la minería del estaño, que fue el sostén de la economía, cuando el precio de la plata dejó de ser atractivo para la minería.

Aniceto Arce dedicó su vida y fortuna a impulsar el desarrollo de Bolivia. Cuando dejó el Gobierno, si bien no estaba pobre, su fortuna quedó apreciablemente reducida. Consagró su vida al impulso del progreso material, intelectual y moral del país, en la medida que le fue posible.

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