El
presidente Evo Morales ha sembrado elefantes blancos de todo tamaño a lo largo
y ancho del país. Tenemos elefantitos como canchas de futbol, coliseos,
estadios, otros medianos como el ingenio azucarero de San Buenaventura, los
aeropuertos y otros grandes como las plantas de separación de líquidos y
licuefacción de gas natural, siendo los más grandes la
planta de urea y amoniaco de Bulo Bulo y el teleférico o la red de teleféricos
que se está construyendo en las ciudades de La Paz y El Alto.
Ambos proyectos han significado para
el país 2.000 millones de $US o más. La planta de urea ha costado 953 millones
de $US, más la inversión que se está haciendo para construir el ferrocarril
desde Bulo Bulo hasta Montero, para transportar la urea hasta los mercados del
Brasil, la inversión que representa este proyecto sobrepasa los 1.000 millones
de $US. La planta de urea es un proyecto que ya se tenía pensado y que iba a
ser ubicado en Puerto Suarez. El hecho de haber sido ubicado en el Chapare, le
ha quitado factibilidad económica y convertido en un elefante blanco. Algo se
podrá recuperar si se la traslada a Puerto Suarez y de esta manera darle un uso,
si es que se dispone de suficientes cantidades de gas natural. Podemos
considerar a esta planta como la reina de los elefantes blancos.
Pero según mi opinión, el rey de los
elefantes blancos es el teleférico, que se ha construido sin ningún sustento
técnico ni económico. No se sabe a cuanto llegará la inversión cuando se
termine de construir la red de teleféricos, ya se habla de 1.000 millones de
$US. Esta inversión nunca se podrá recuperar y se sabe que el teleférico no
cubre sus costos de operación y tampoco podrá cubrirlos en el futuro.
Con tamaña inversión deberíamos
tener en las ciudades de La Paz y El Alto un sistema de transporte público
moderno y masivo, que satisfaga la demanda de transporte que se tiene en las
dos ciudades y provea un buen servicio. Pero la población sigue dependiendo del
tradicional sistema de transporte público, compuesto por unidades pequeñas y
que ofrece un pésimo servicio.
Las tres primeras líneas de
teleférico que se construyeron (roja, amarilla y verde) transportaron 75
millones de pasajeros (según lo que reportó la empresa Mi Teleférico) en tres
años, en su mayor parte por las líneas roja y amarilla, lo que equivale a 40
días de la demanda de transportes que se produce en las ciudades de La Paz y El
Alto. Las líneas que se construyeron posteriormente: azul, naranja, blanca y
celeste, muestran muy pocos pasajeros transportados y muchas cabinas vacías.
Ninguna de ellas puede competir con el transporte automotor, por ejemplo para
un pasajero de Irpavi que tiene su destino cerca de la calle Bueno, ir en
teleférico le costaría 7 Bs, 2 Bs para ir en trufi o minibús hasta la estación
del teleférico y 5 Bs para llegar en las líneas verde y celeste hasta la
estación de la calle Bueno. Ese mismo pasajero puede ir hasta la calle Bueno en
pumakatari con 2,50 Bs, en minibús con 2,60 Bs o en trufi con 3,50 Bs, con la
ventaja de que puede tomar estos modos de transporte cerca de su domicilio.
Según mis mediciones, en el trufi se tarda menos, se tarda lo mismo en el bus
pumakatari y en el minibús se tarda más. En la estación de la calle Bueno se
observa todos los días llegar y partir cabinas vacías o con uno o dos
pasajeros.
La línea celeste ha contaminado el
paisaje de la Avenida del Poeta, introduciendo en ella un elemento extraño. Lo
mismo sucede con la línea blanca que ha deshecho las plazas Villarroel y San
Martin y contaminado la avenida Busch. Como estarán renegando los miraflorinos
que se opusieron a la construcción de esta línea y ahora ven pasar a cabinas
vacías o con uno o dos pasajeros.
Probablemente la línea morada supere
a la línea amarilla en la cantidad de pasajeros transportados, porque llega al
centro de la ciudad de La Paz. El Alto es una ciudad muy extendida, por lo que
el acceso a esta línea se limita a usuarios que pueden llegar con relativa
facilidad a sus dos estaciones. Los de zonas alejadas seguirán usando el
sistema de transporte público automotor, con la disponibilidad que tendrán de
la autopista con tres carriles de subida y tres carriles de bajada.
Las tarifas que se cobran en la red
de teleféricos son muy bajas bajas (0,43 $US por recorridos de más de 2 Km). En
la ciudad de Bogotá, la tarifa de ida y vuelta al Santuario de Monserrat es de
6,5 $US por un recorrido de 1,6 Km. En el Montserrat de España, la tarifa es de
10 euros. Las tarifas son para recuperar la inversión realizada, cubrir los
costos de operación y mantenimiento y generar recursos para ampliar el sistema.
En los teleféricos además se tiene que reemplazar periódicamente cables, equipo
electromecánico y electrónico. Por esta razón y por la poca demanda que tiene
el teleférico es que constituye una inversión a fondo perdido y no cubre sus
costos de operación. Por lo tanto tendremos un enorme elefante blanco, con hileras
de chatarra de los cables y las torres y con soberbios edificios que tendrán
poco uso alternativo y que hubiera sido mejor que fueran hospitales. La
inversión en el teleférico hubiera tenido un mejor uso, si se hubiera empleado
en construir un sistema de transporte público masivo con buses y en una docena
de hospitales en La Paz, El Alto y una tercera ciudad, para disminuir el
terrible déficit en infraestructura hospitalaria que se tiene en La Paz, El
Alto y en todo el país.
Se vienen para nuestro país días muy
difíciles. Nuestra economía depende en gran parte de los ingresos que se tiene
por el gas, los cuales están seriamente comprometidos, porque no se han
repuesto las reservas de gas y tendremos a Brasil y Argentina con menor
disposición a comprar gas. Ya son cuatro años que se tiene déficit fiscal y lo
que importa el país es más de lo que exporta, lo que determina que se está
perdiendo las reservas de moneda extranjera. En el futuro habrá que honrar una
cada vez más grande deuda externa e interna. Tendremos en resumen un país que
no podrá cubrir sus gastos y por tanto no podrá cubrir los gastos que ocasiona
la red de teleféricos, que ahora el Gobierno dispendiosamente los cubre. En la
gestión 2016 la empresa Mi Teleférico tuvo en su balance económico un resultado
negativo de 41,5 millones de $US y en la gestión 2015 un resultado negativo de 28,2
millones de $US.
El teleférico es el proyecto
estrella del Presidente Evo Morales, quien ha sido el creador de los elefantes
blancos, sin hacer ninguna consideración de la ingeniería y de la economía y
sin consultar a expertos que podrían darle luces sobre la pertinencia de los
proyectos y su contribución al desarrollo del país. En realidad con el Gobierno
del Presidente Evo Morales se han desmantelado las instituciones,
principalmente reemplazando a los funcionarios capaces con personal, cuyo único
mérito ha sido adherirse al partido. En las decisiones sobre la ejecución de
inversiones se ha obviado los procedimientos que señalan la Ley SAFCO y las
normas del Sistema Nacional de Inversiones Públicas.
Hemos perdido el mejor momento que
tuvo el país en lo que se refiere a ingresos y el futuro se presenta sombrío
para la economía. Se necesitará un gobierno que esté formado por un equipo
grande de expertos, que tengan la capacidad de reconducir la economía. Se
necesitará posiblemente de un gobierno de unidad nacional que disponga de los
mejores hombres que tiene el país, dirigido por un ciudadano que sepa conducir al
aparato de gobierno, más que por un caudillo que tenga arrastre popular.
Publicado por El Diario y correo electrónico en octubre de 2018
Publicado por El Diario y correo electrónico en octubre de 2018
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