Si nos preguntamos ¿desde cuándo
somos lo que somos? En primer lugar, alguien dirá que somos desde que salimos
del vientre de nuestra madre. Pero nuestra existencia comenzó cuando el
espermatozoide de nuestro padre fecundó el óvulo de nuestra madre, lo que hizo
que se forme el huevo y luego a los tres meses el embrión, para dar lugar al
feto y finalmente para convertirse en el bebé que salimos del vientre de
nuestra madre. Es obvio que somos la persona que somos, desde el momento de nuestra
concepción en el vientre de nuestra madre y estamos presentes en esta vida
gracias a que nadie decidió que no salgamos a ver la luz de este mundo.
Sin considerar la
discusión que hay en muchos países sobre el aborto, entre quienes están a su
favor y quienes están en contra, creo que fundamentalmente la interrupción de
la vida del ser humano en el vientre de la madre es una decisión de las
personas, de acuerdo al concepto que tienen sobre la vida y a la manera que
quieren vivirla.
Hace trece años en mi
familia tuvimos una excelente empleada, estaba ya mayor, era seria y trabajaba
con mucha responsabilidad, no tenía familia cercana y no le conocíamos pareja,
pensábamos que estaría con nosotros por mucho tiempo. Comenzó a quejarse de que
una comida le había causado molestias, fue a una consulta médica y vino con una
declaración inesperada “señora te voy a hacer renegar, estoy embarazada”. El
hecho de estar con una nueva vida en su organismo no le disgustó en lo más
mínimo, estaba decidida a permitir el nacimiento de su hijo, pese a que con un
hijo a quien criar ya no podría trabajar como empleada doméstica. Con mi esposa
apoyamos su propósito y con la ayuda de un médico amigo del Hospital de la
Mujer, ella trajo a este mundo un niño sano. No puedo dejar de mencionar que
este médico amigo la trataba con mucho cariño y salvó la vida del niño al
urgirnos que la lleváramos al hospital para hacerle una cesárea, ya que no se
producía el alumbramiento natural. Trabajó con nosotros hasta que le permitió
el cuidado del niño, felizmente pudimos conseguirle un trabajo donde podía
trabajar y cuidar a su hijo. Al presente el hijo es un regio adolescente que ya
está en el ciclo secundario, él es para ella una razón para vivir, una compañía
para su existencia y un apoyo para su vejez.
En un evento internacional
televisado donde se discutía el tema del aborto, una puertorriqueña inmigrante en
los Estados Unidos declaró que quedó embarazada, cuando a su esposo lo
desahuciaron por padecer un cáncer terminal. Le aconsejaron abortar, porque sin
su esposo se encontraría sin el sustento económico para criar a su hijo. Ella
rechazó la sugerencia por ser católica. Le dijeron “la iglesia no te va a
sostener”. Para conocer el final de la historia, ella presentó, ante la
audiencia, a un joven alto y guapo. Otro caso de una mujer que rechazó el
aborto, es el de una joven de un país de Centroamérica donde la pobreza y la
inseguridad obliga a muchos a intentar entrar en los Estados Unidos. En una
entrevista que le hacía un periodista de CNN, ella declaró que había sido
violada, por ende sostenía a un niño que era producto de la violación. Le
preguntaron porque había permitido el nacimiento del niño, respondió que era
porque “el niño no tenía la culpa”.
Ha provocado un escándalo,
la decisión de una niña de proseguir con el embarazo que le provocó el padre de
su padrastro. Los que protagonizaron el escándalo se estrellaron contra la
Iglesia Católica. La Defensora del Pueblo (a.i.) y la Fiscalía iniciaron
acciones legales para obligar a que se realice el aborto. Por las amenazas y
las declaraciones de autoridades del gobierno, la madre de la niña solicitó
medidas cautelares ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para
“que se ponga fin a los intentos de la Defensoría del Pueblo y cualquier otro
organismos público o privado de subvertir la opinión y decisión de no concretar
el aborto y la muerte del niño que lleva adentro”.
La niña ya lleva seis
meses de embarazo y el niño que lleva ya tiene su cara terminada, está despierto
y se mueve mucho. A partir de la semana 26 puede sentir dolor. En este estado,
tanto la interrupción como la continuación del embarazo tiene un riesgo. Los
que apoyan la realización del aborto creen que éste liberará a la niña del
supuesto trauma que le ocasionará el ser madre. Puede ser lo contrario, ya que
la niña decidió que el “bebe nazca vivo” después la familia decidirá si lo cría
o lo da en adopción. El aborto tiene también consecuencias psicológicas y
también en algunas personas cargos de conciencia. Hace más de 40 años, cuando
estudiaba en el Japón como becario, un amigo japonés me llevó a visitar un
templo. En este vi que había varias mujeres que lloraban o estaban en
comunicación con alguien, mi amigo me explicó que era un templo dedicado a los
niños que no habían podido nacer, porque sus madres los abortaron. En Japón, el
aborto es legal hasta un cierto periodo de gestación desde tiempo atrás.
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