martes, 14 de junio de 2022

La Revolución Nacional y el desarrollo

 

I. Bolivia antes de la revolución nacional

Desde su fundación en 1825 hasta 1880, Bolivia fue gobernada por caudillos que se disputaban el poder para dominarlo, sin preocuparse de su desarrollo, ni siquiera de organizar al país y crear instituciones. Las excepciones han sido Andrés de Santa Cruz, José Ballivián y José María Linares. Los gobiernos se preocuparon muy poco del departamento del Litoral, que fue ocupado por empresas y habitantes de Chile. Solamente Aniceto Arce se preocupó de que el país tenga presencia en su territorio marítimo, se propuso construir un ferrocarril que le uniera al resto del país. El ferrocarril fue construido después que se perdió el territorio. El gobierno de Hilarión Daza imprudentemente le dio el pretexto a Chile, con el impuesto de 10 centavos, para ocupar violentamente el departamento del Litoral. Bolivia no estaba preparada para defender su territorio marítimo, hubiera sido mejor dejar que Arce construyese el ferrocarril y empezar a sentar soberanía en el Litoral.

La guerra encontró a Bolivia sin fuerzas armadas y con una economía incipiente basada en la minería, que operaba según los métodos que se usaban en la colonia. Todavía no habían llegado al país los adelantos que se habían producido con la revolución industrial. La agricultura y la industria se encontraban sin desarrollarse. El país carecía de medios de comunicación.

Un esfuerzo de progreso fue realizado por Aniceto Arce con la organización de la empresa minera Huanchaca, que él levantó desde una empresa minera deficitaria hasta convertirla en una pujante empresa internacional, inicialmente yéndose a trabajar a la mina, introduciendo maquinaria, mejores métodos de explotación, contratando técnicos calificados (que necesariamente tenían que ser extranjeros) consiguiendo capitales de inversión e introduciendo una administración eficiente. La agricultura y la industria todavía no comenzaban a surgir. La tierra pertenecían a las comunidades indígenas y a los propietarios de la clase criolla. La producción agrícola a lo máximo era para la subsistencia y para abastecer a las ciudades y a las minas. Aniceto Arce construyó el ferrocarril para unir al Litoral perdido con el territorio nacional, sin que le cueste un centavo al Gobierno Nacional. La línea de ferrocarril llegó hasta Huanchaca y Oruro. Durante su Gobierno se construyeron caminos, telégrafo y otras obras de infraestructura que no tenía el país. Se le considera como el “artífice de la introducción de la revolución industrial en Bolivia”.

Recién después de la derrota en la batalla de Tacna, el país comenzó a edificarse. De 1880 a 1920 los gobiernos fueron elegidos mediante elecciones, restringidas a una parte pequeña de la población, pero mejor que el esquema de golpes de estado de los caudillos. En este periodo gobernaron primero los conservadores y luego los liberales. Se desarrollaron los tres poderes ejecutivo, legislativo y judicial, se construyó la red de ferrocarriles en el altiplano con conexiones a las ciudades de Cochabamba, Sucre y Potosí y se introdujeron otros adelantos que produjo la revolución industrial.

En el norte, en el territorio del Acre se produjo un nuevo intento de ocupación que fue controlado pero que para evitar una confrontación con Brasil se tuvo que ceder territorio, para conservar el que tiene el departamento de Pando, donde Nicolás Suárez instaló una empresa explotadora de goma, que junto con la plata fue otro producto de exportación y de ingresos para la economía boliviana.

Cuando la plata perdió su importancia como producto de exportación, fue reemplazado por el estaño. También el poder político se trasladó de Sucre a La Paz. Surgió Llallagua, como centro de gravedad de la actividad minera, en reemplazo de Huanchaca. En esta montaña surgieron tres empresas, una de ellas la empresa de Simón I. Patiño, quien desde una sociedad con un propietario de una mina que no rendía, edificó una empresa de alcance internacional. Patiño comenzó yendo a trabajar a la mina, seguido de su esposa y con una administración eficiente, maquinaria adecuada y métodos modernos de explotación, logró convertir a esa pequeña mina en una de gran rentabilidad, gracias también al mineral de estaño de alta ley que contenía. Para reducir los costos de transporte, Patiño hizo construir un ferrocarril desde Uncía hasta Machacamarca, para unirse a la red nacional de ferrocarriles.

Mediante golpe de estado los republicanos tomaron el poder en 1920 y gobernaron hasta 1934, cuando el presidente Salamanca fue derrocado en Villamontes, por los militares que conducían la guerra. La guerra del Chaco, que se produjo entre 1931 y 1934, significó un enorme esfuerzo que hizo el país, para combatir en una región inhóspita y alejada de sus centros de población. De 1934 a 1952 el país fue gobernado por los militares que fueron parte de los mandos de la guerra y por un gobierno civil, hasta que se produjo la revolución nacional, cuando el presidente Urriolagoitia desconoció la victoria del Movimiento Nacionalista Revolucionario en las elecciones de 1951 y entregó el gobierno a un militar.

II La rosca y el super estado

Todos los países vecinos, desde su fundación hasta mediados del siglo XX, estaban gobernados por oligarquías que eran productivas, de las que salían los gobiernos, pero la que gobernaba Bolivia era parasitaria en su mayor parte. Los miembros de esta oligarquía acaparaban la propiedad de la tierra y no se ocupaban de hacer de sus propiedades unidades productivas. Se ocupaban, en su mayor parte, solamente de usufructuar de la venta de los productos que obtenían del cultivo de sus tierras. Ni siquiera cubrían el costo de la mano de obra que empleaban para la producción agrícola.

Después del despojo de las tierras de las comunidades indígenas, estas pasaron a la propiedad de terratenientes, que eran trabajadas por los campesinos que habitaban sus propiedades, en el Altiplano por los indígenas aimaras y en los valles y llanos por los campesinos mestizos, de habla quechua en los departamentos de Cochabamba, Chuquisaca y parte de Potosí. Ellos no recibían pago por el trabajo que prestaban, en cambio recibían un pedazo de terreno para su propia subsistencia. Además tenían la obligación de llevar la producción agrícola a la casa del dueño en la ciudad y realizar trabajos en ella.

Después de los caudillos, los presidentes, con excepción de Pacheco y Arce, salieron de la oligarquía terrateniente, que los revolucionarios de abril de 1952 llamarón “rosca”. En las ciudades estaban los comerciantes y los artesanos. Había empleados de los ferrocarriles y de otros rubros como la imprenta. En los últimos 20 años se desarrolló una industria ligera.

Antes de 1952 Bolivia era un país eminentemente minero, su economía dependía de la minería, y en cierto periodo de la goma, que tuvo su incidencia a comienzos del siglo XX. Primero fue el ciclo de la plata que tuvo su auge con Aniceto Arce, que organizó una empresa prospera y construyó el ferrocarril para la exportación de los minerales por el océano Pacífico. Significó para Bolivia un impulso importante para su desarrollo. Su mayor contribución, fue introducir los adelantos que trajo la revolución industrial. Arce también trató de impulsar la agricultura y la industria. Si bien no terminó pobre, gastó su fortuna para impulsar el desarrollo de Bolivia.

Después de la plata vino el ciclo del estaño. En éste, había en el país las tres minerías: grande, mediana y chica. La minería grande estaba representada por Patiño, Hoschild y Aramayo. El más grande de los tres era Patiño. De ser un empleado de una empresa rescatadora de minerales, con trabajo duro convirtió a una mina de estaño no rentable, en una empresa minera de alcance internacional, no pertenecía a la clase social de la rosca. Hoschild era un inmigrante y Aramayo pertenecía a una antigua familia minera. A los tres, especialmente a Patiño, se les atribuyó el constituir un superestado y junto con la rosca o como parte de ella, de oprimir al pueblo boliviano e impedir que Bolivia se desarrolle. Se decía que los mineros trabajaban en sus minas en condiciones penosas y la mayor parte del beneficio que obtenían de la explotación minera era para su propio lucro, dejando muy poco para el país. Se llegó a afirmar que Patiño podía poner al presidente que él quisiera. Lo cierto era que el estaño y la minería eran los que sostenían la economía nacional y los gobiernos se sostenían con los impuestos que pagaban, que no fueron exiguos, como se dijo para justificar la nacionalización.

La carrera de Simón I. Patiño es digna de admiración. Fue un empresario excepcional, que día a día estaba concentrado en el manejo de sus empresas, cuidando los mínimos detalles para que den los mejores resultados. Era un campeón del management. Se hizo dueño de la montaña de Llallagua, comprando las minas de otros dos propietarios y de la empresa chilena Compañía Estañífera de Llallagua, a través de la compra de sus acciones en la bolsa de valores de Santiago. Estando consolidada su empresa, Patiño se trasladó a Estados Unidos y Europa. Compró acciones de fundiciones en Europa y de minas en Malasia y otros países. Fue un promotor del Consejo Internacional del estaño para controlar los precios del estaño en el mercado internacional. No intervino en la política nacional, solamente una vez, en el gobierno de Saavedra, actuó como intercesor entre el gobierno y los sectores políticos de oposición, para que actuaran en conjunto en bien del país, pero resultó un fracaso por las posiciones intransigentes de los dos sectores.

El mejor hospital que había en Bolivia estaba en Llallagua y los mejores nadadores del país eran de Catavi, porque tenían una pileta atemperada. La empresa de Patiño proveía a sus trabajadores de hospitales, escuelas y vivienda. Además disponían de pulpería, donde podían comprar a precios rebajados artículos básicos para alimentación y mercancías. Los primeros bolivianos que tuvieron beneficios sociales fueron los trabajadores de las minas de Patiño. Tenían las ocho horas diarias de trabajo de lunes a sábado, salario y sueldo sujeto a contrato, bonos de producción y primas, pagos por sobretiempo, licencias, indemnización, desahucio y comenzaron a tener las mutuales de ahorro. Para Patiño era muy importante que sus trabajadores tuvieran las mejores condiciones de trabajo. Cuando ya no se necesitaban las palliris, no las despidió, las siguió contratando para que hicieran otros trabajos.

Simón I. Patiño incursionó en la agricultura, la banca y la industria, inició la industria del vino y del singani a través de la empresa SAGIC. Hizo posible que se concluyera la construcción del ferrocarril Potosí – Sucre. Propuso construir un ferrocarril entre Cochabamba y Chimoré, que el Congreso Nacional rechazó y después el Gobierno rechazó igualmente su propuesta de construir una carretera. Jugó un papel importante en la guerra con el Paraguay, al dar y conseguir créditos y con la donación de dos aviones y un hospital. La guerra fue financiada por los tres barones del estaño, con la entrega de divisas que el Gobierno después vendía a precios más altos y con la otorgación de créditos.

III. Bolivia después de la revolución nacional

Después de la revolución nacional, en Bolivia se produjeron cambios trascendentales en su estructura social y económica. El líder de la revolución, Víctor Paz Estenssoro, describió estos cambios de la siguiente manera: “El 9 de abril de 1952, para decirlo en una apretada síntesis, marca el comienzo de un proceso que se caracteriza por la presencia de las grandes mayorías nacionales en el manejo de la cosa pública y por las transformaciones profundas efectuadas para hacer de un país semicolonial y de un pueblo oprimido, un ente nacional democrático y soberano. El propósito cardinal de mi primer gobierno fue modificar, fundamentalmente, la estructura económica y social con la liquidación del poder minero feudal mediante la nacionalización de las minas y la reforma agraria, lo que permitió una distribución más justa del ingreso nacional y la vigencia de un plan de desarrollo y la diversificación de la economía”. Las otras medidas tomadas fueron el voto universal, la reforma educativa, la creación de la legislación del trabajo y del sistema de seguridad social.

En lo económico, se impulsó el desarrollo de Santa Cruz y de los hidrocarburos con el fortalecimiento de YPFB. Se construyó la planta hidroeléctrica de Corani y otras de generación termoeléctrica. Se construyó el ingenio azucarero de Guabira y el Hospital Obrero. Una medida transcendental fue la creación del Servicio Nacional de Caminos, que permitió que el país dispusiera de una red de carreteras.

Antes de la revolución nacional, una gran parte de la población vivía en una especie de apartheid, no participaba en el gobierno, el cual era dominado por la oligarquía de la rosca. El voto universal dio carta de ciudadanía a toda la población y le dio el derecho de elegir a sus gobernantes. Se instaló el sistema democrático, de manera que la sociedad pudiera mediante elecciones elegir gobiernos, con la participación de todos sus miembros, independientemente de su clase, raza, religión, riqueza o grado de educación. Desde el punto de vista social fue un gran avance para los bolivianos, pero también lo fue desde el punto de vista económico. Permitió que todos los bolivianos puedan participar en el desarrollo de la economía y esta tenga mayor cantidad de actores. La reforma educativa fue fundamental para que la educación llegue a todos los bolivianos, aunque posteriormente no se le haya dado la importancia que tiene, por la baja asignación de presupuesto, infraestructura deficiente y descuido en la calidad, que prevalece hasta nuestros días.

La reforma agraria fue una medida trascendental para la economía, porque democratizó la propiedad de la tierra. Con ella comenzó el desarrollo de la agricultura, la ganadería y la agroindustria. Con la tierra que era acaparada por una minoría de propietarios que no la trabajaban, el país disponía de producciones agrícolas marginales, el país tenía que importar la mayor parte de sus alimentos. En el altiplano y en los valles, las regiones más afectadas por el sistema feudal de propiedad de la tierra, se inició una nueva era para la agricultura y la ganadería y con ello un mejoramiento en la calidad de vida de sus habitantes. En el altiplano, con las limitaciones de clima y suelos, comenzó a desarrollarse la agricultura de los productos como la papa, cebada, quinua y en las zonas donde ésta no es posible, la ganadería de camélidos. En los valles, con la restricción de terrenos disponibles para la agricultura, se comenzó a desarrollar la agricultura de los productos propios de esta región. Los valles de Cochabamba y Tarija ofrecieron las mayores posibilidades para el desarrollo agrícola. En Tarija se desarrolló la industria del vino y el singani. El desarrollo podría haber sido mayor si se hubiera apoyado al sector con infraestructura (especialmente de caminos), educación y fomento a la actividad.

La construcción de ferrocarriles y carreteras es muy difícil en Bolivia, por el terreno montañoso que tiene en el occidente y los caudalosos ríos que hay en el norte y oriente, donde está el 70 % del territorio que tiene. Un obstáculo para el desarrollo económico de Bolivia siempre ha sido la falta de una adecuada red de carreteras y antes de 1952 el país no la tenía, el oriente y el norte estaban aislados del resto del país. Santa Cruz tenía una precaria carretera y para conectarlo con el resto del país e iniciar su desarrollo, era urgente construir una carretera moderna. Esta se comenzó a construir en 1943 y fue inaugurada en 1954.

La carretera pavimentada fue el punto de partida para el desarrollo de Santa Cruz, lo que se complementó con la construcción de otras carreteras dentro del departamento. Hubo otros tres factores que posibilitaron el desarrollo de lo que ahora es el principal polo de desarrollo del país. Estos fueron el desarrollo de la producción de petróleo y gas, el desarrollo de la agricultura y la construcción de los ferrocarriles de conexión con Argentina y Brasil. Lo primero fue realizado por un nuevo Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos y con la apertura que se dio a la inversión extranjera. El desarrollo de la agricultura fue llevado a cabo por emprendedores cruceños y otros llegados de los otros departamentos y también por la llegada de inmigrantes japoneses, menonitas y del interior del país. La llegada de gente decidida a trabajar, fue el fundamento para dar lugar al departamento más pujante y populoso de Bolivia. Todo esto fue posible por los extensos terrenos favorables para la agricultura que tiene Santa Cruz. Como consecuencia se produjo después el desarrollo de la agroindustria.

IV. La nacionalización de las minas

En las minas y particularmente en las minas de Patiño, a partir de 1918 se produjeron paros y huelgas por aumentos salariales y otras peticiones de los mineros. Con estos se consiguió la jornada de trabajo de ocho horas y aumentos en los jornales. Simón I. Patiño daba instrucciones de que se evitaran los conflictos sociales y se atendieran las peticiones de los trabajadores en todo lo que fuera justo y posible para la empresa. Se produjeron dos masacres, en Uncía durante el gobierno de Bautista Saavedra y en Catavi durante el gobierno de Enrique Peñaranda.

Después de la muerte de Simón I. Patiño, las minas y en especial las de Llallagua, se convirtieron en el campo de acción de los agitadores, que propiciaban la toma de las empresas. Los administradores de la Patiño Mines ya no podían ejercer su autoridad e incluso estaban amenazados por grupos armados, la empresa entró en el caos y ya no se podían realizar las actividades normales. La situación en otros distritos mineros era similar. La empresa de Patiño para restablecer la normalidad en las actividades, propuso despedir a todo el personal pagándole indemnización y desahucio y recontratar al 95 %. El plan, que estaba destinado a eliminar a los subversores del orden, fue aceptado por los mineros y fue ejecutado por la empresa.

Los líderes de los movimientos subversivos en las minas de Patiño fueron Juan Lechín, secretario ejecutivo permanente de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB) y Guillermo Lora, dirigente del Partido Obrero Revolucionario. Entre febrero y mayo de 1949, se produjo en Llallagua un movimiento subversivo que tuvo que ser controlado por el ejército y donde el personal superior de la empresa fue maltratado y de estos fueron muertos extranjeros y bolivianos. Después de estos sucesos, la situación de la Patiño Mines se volvió muy difícil, su organización fue seriamente afectada y pocos técnicos y administradores querían trabajar en la empresa. A ello se sumó el empobrecimiento del contenido de estaño en el mineral extraído de la montaña. Todavía más, el gobierno de Urriolagoitia decretó en agosto de 1950, la entrega obligatoria del 100 % de las divisas a un precio fijado por el Gobierno. Con el triunfo de la revolución nacional, como parte de un compromiso que hizo Víctor Paz con Juan Lechín, se decretó la nacionalización de las minas el 31 de octubre de 1952, algo que no lamentaron las empresas de Patiño, Hochschild y Aramayo.

Para la administración de las minas nacionalizadas se creó la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL). Como primera medida de la nacionalización, se indemnizó y pagó beneficios sociales a todos los trabajadores y se los volvió a recontratar, con la consiguiente descapitalización de la empresa y la generación de inflación para el país. La minería siguió siendo uno de los principales rubros de exportación hasta nuestros días, la del estaño hasta 1980.

En la nueva administración de las minas, el manejo de las empresas pasó de los administradores profesionales a los políticos y sindicalistas. La disciplina laboral se relajó, los mineros trabajaban como querían y no había sanciones para el incumplimiento de sus deberes. Se produjo un aumento excesivo del personal, en especial del exterior de las minas. Los dirigentes sindicales fueron declarados en comisión, lo que les permitía ganar un salario sin trabajar, esta medida se extendió a todos los sindicatos del país, la ocupación para ellos era el ocio y la diversión. Los días trabajados en las minas se redujeron por las huelgas que continuamente declaraban los sindicatos por cualquier motivo.

Las empresas de COMIBOL se convirtieron en espacios de trabajo para los trabajadores afiliados a los sindicatos y adherentes de los gobiernos de turno. No cumplían con su misión de lograr un producto que tenga un beneficio mayor al costo de producirlo. No hacían exploración ni desarrollo de nuevas minas y no implementaban nuevas técnicas de explotación para mejorar la productividad. De 1961 a 1964 se ejecutó un plan de rehabilitación de las empresas de COMIBOL, que no tuvo ningún resultado. Las empresas acumularon en los años que operaron grandes pérdidas y tuvieron déficits financieros, quizá con excepción de los años 70, cuando hubo una fuerte alza del precio de los minerales.

Durante los gobiernos militares la actividad sindical fue controlada, pero la estructura administrativa continuó la misma, hasta que en el gobierno de Hugo Banzer Suárez los precios de los minerales e hidrocarburos subieron fuertemente, lo que produjo una bonanza que no tuvo ningún beneficio para el país. Durante el gobierno de la UDP vino la crisis económica, en la cual la FSTMB tuvo un papel significativo con las huelgas que promovió pidiendo incremento de salarios, que fueron el principal alimento de la hiperinflación y que al último provocaron la caída del gobierno. Con la caída de los precios internacionales del estaño, Víctor Paz Estenssoro, el presidente que hizo la nacionalización de las minas, decretó en 1985 el cierre de las operaciones de las empresas de COMIBOL.

Evo Morales rehízo a la COMIBOL, con la estatización de sus antiguas empresas y de otras privadas, con pésimos resultados, la empresa de Huanuni trabaja a perdida, tiene trabajando a 4.000 empleados, la mayor parte ganando jugosos sueldos en el exterior de la mina y sin trabajar y tiene un ingenio que no funciona. La fundición de Vinto tiene una deuda de 80 millones de $US y tiene un horno sobredimensionado. Las empresas Colquiri, Coro Coro, Empresa Boliviana del Oro, Karachipampa y Amayapampa están en mala situación financiera.

V. La economía de estado

El capitalismo nació con la revolución industrial en el siglo XVIII, como un sistema económico más avanzado que los sistemas económicos de la monarquía y del feudalismo. Se basa en la propiedad privada de los medios de producción y en el capital como generador de riqueza, que trabajan en un mercado donde tienen libertad de producir y vender. Karl Marx y Friedrich Engels propusieron en el Manifiesto Comunista (1848) un sistema opuesto, llamando a los proletarios a derrocar a los capitalistas, abolir la propiedad privada y apoderarse de los medios de producción y crear un sistema económico basado en el dominio de los medios de producción por los trabajadores.

De este manifiesto emergieron dos estados, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URRS) y la República Popular de China, donde Stalin y Mao Zedong se propusieron crear estados donde el capitalismo no tendría cabida. La eliminación del mercado y de la propiedad privada significó la muerte por hambre de más de 20 millones de soviéticos en la URRS y de más de 30 millones de chinos en la China de Mao. Ambos experimentos fracasaron, la URRS se disolvió y Rusia adoptó el sistema capitalista dominado por los oligarcas provenientes del régimen soviético y en China a la muerte de Mao Zedong, Deng Xiaoping abrió el mercado a la iniciativa privada, con el Partido Comunista Chino con el dominio del gobierno, lo que permite un desarrollo sin límites al sistema capitalista, ya que no hay derecho a la protesta para reclamar sobre condiciones de trabajo.

Si la revolución nacional hubiera sido realizada por el Partido Obrero Revolucionario, Bolivia se hubiera convertido en un estado de inspiración marxista, siguiendo la tesis de Pulacayo, que propuso este partido para el nuevo régimen que regiría en Bolivia. Como el Movimiento Nacionalista Revolucionario realizó la revolución nacional no aplicó este modelo. Implementó un modelo de economía de mercado con fuerte presencia del estado. De inicio, la nacionalización de las minas fue una medida para asentar la presencia del estado en la economía. Además el estado se convirtió en el propietario de las empresas más grandes del país como: Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos, Empresa Nacional de Ferrocarriles, Empresa Nacional de Energía Eléctrica, Empresa Nacional de Telecomunicaciones, Lloyd Aéreo Boliviano y otras más. En las empresas estatales tenía que haber control obrero, a través de los sindicatos. El estado debería ejercer la planificación central de la economía y fijar los precios de los productos en el mercado. El desarrollo de la industria se propuso hacer a través de la Corporación Boliviana de Fomento, que se fundó antes de la revolución.

Hay que hacer notar que no existen economías de mercado puras, existen economías mixtas, porque el mercado no puede proveer lo que las sociedades necesitan, además tiene que haber, para la existencia de un país, un gobierno que dirija su vida social y económica. Los países capitalistas tienen grandes economías estatales. La economía solamente de Francia era tan grande como la que tenía la URSS, que era toda estatal. Antes que llegue el neoliberalismo estos países tenían grandes empresas públicas.

Los gobiernos militares profundizaron la economía de estado, concordantes con el modelo que aplican los gobiernos autoritarios. Durante el gobierno de Hugo Banzer Suarez se produjo una bonanza por la subida de los precios del gas y los minerales, que el país no aprovechó. La bonanza fue malgastada en edificios, proyectos mal diseñados o sobredimensionados y elefantes blancos. Hubo un despilfarro de los recursos que recibió el país y a pesar de los cuantiosos recursos que recibió, la deuda externa creció desmesuradamente. Al término de los gobiernos militares la economía nacional se encontraba en pésimas condiciones.

La lucha por la democracia culminó con la posesión como presidente de uno de los líderes de la Revolución Nacional, el Dr. Hernán Siles Suazo, candidato del frente político de la Unión Democrática Popular (UDP) compuesto por partidos de izquierda. La economía que recibió necesitaba de urgentes ajustes, que no los hizo. En cambio tomó medidas que llevaron al país a una grave crisis económica. No pudo tomarlas porque tuvo una fuerte oposición en el Parlamento, donde el MNR y ADN tenían mayoría y por la acción de la Central Obrera Boliviana y la FSTMB, que en sus tres años de gobierno, realizaron huelgas y paros pidiendo irreales aumentos de salarios, que el Gobierno no podía dar y para lo cual tuvo que recurrir a la emisión inorgánica de moneda. Como consecuencia se produjo la más elevada hiperinflación de la historia del país.

El Gobierno de Siles no pudo honrar la deuda externa, por la caída de las exportaciones. Como había control de precios, la producción de alimentos y artículos básicos bajó, para conseguir unas cuantas unidades de pan, había que levantarse muy temprano en la mañana. La compra de dólares del Banco Central a un precio fijado por el Gobierno se volvió una fuente de corrupción y de estafa, por los políticos que podían adquirir dólares a precio rebajado y lo vendían en el mercado negro a elevados precios y por personas que inventaban la adquisición de maquinaria del exterior, para después vender los dólares en el mercado negro.

El Dr. Hernán Siles Suazo, que respetó las libertades y los derechos de los ciudadanos y que quería preservar el sistema democrático, renunció para dar lugar a que se hagan elecciones y se elija un nuevo gobierno. Este fue el final de la economía de estado que inauguró el Dr. Víctor Paz Estenssoro y que el mismo clausuró en 1985 con el decreto 21060. Evo Morales la reinstaló en 2006, para desperdiciar la mayor bonanza económica que tuvo el país en toda su historia, en inversiones improductivas, elefantes blancos, empresas estatales deficitarias, gastos inútiles y corrupción, estableciendo el marco de la grave crisis económica que se va a producir en el futuro próximo.

VI. La construcción de la red vial

Antes de la revolución nacional, Bolivia tenía una rudimentaria red vial compuesta por caminos hechos a mano. La construcción de la red vial se hacía con la prestación vial, que era la obligación que tenían todos los bolivianos varones de trabajar dos días al año en los caminos. Los países vecinos tenían redes viales e instituciones encargadas de la construcción y mantenimiento de sus carreteras, usando maquinaria y métodos modernos. La construcción de la carretera Cochabamba – Santa Cruz la hizo una empresa extranjera y en la década de los años 40, se estaba construyendo la carretera Bermejo – Tarija, que tenía que extenderse hasta Potosí, mediante un convenio con la República Argentina. Hasta la guerra del Chaco Bolivia no tenía ingenieros de ninguna clase, la enseñanza de la ingeniería comenzó en la Universidad Mayor de San Andrés en 1936 con la creación del Instituto de Ciencias Básicas y la Escuela de Ingeniería Civil.

En 1955, durante el primer Gobierno del Dr. Víctor Paz Estenssoro, el Gobierno de los Estados Unidos de América otorgó a Bolivia una asistencia técnica y económica, mediante la cual se creó el Servicio Cooperativo Boliviano Americano de Caminos (SCBAC). La asistencia duró hasta 1964, cuando se creó el Servicio Nacional de Caminos (SNC) que se hizo cargo de la construcción, mejoramiento, mantenimiento y control de las carreteras del país.

La asistencia técnica consistió en la donación de equipo de construcción y la asistencia para edificar la capacidad del país para la construcción y mantenimiento de carreteras, para lo cual vinieron ingenieros militares del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los Estados Unidos y técnicos en mantenimiento de equipo pesado.

El SCBAC inició la construcción de la red vial con el mejoramiento de los caminos existentes (con el equipo de construcción donado) en el trazado y la sección transversal, la construcción de obras de drenaje (alcantarillas y puentes) y la introducción de las tareas de mantenimiento (también con equipo). Se crearon siete distritos para atender los caminos de los departamentos que los tenían, Beni y Pando no los tenían. De esta manera se logró la conexión expedita entre las siete capitales de departamento. Los caminos mejorados con superficie de ripio, permitieron la entrada de servicios regulares de buses. Bolivia ya disponía de una red vial para impulsar su desarrollo económico y una institución (SNC) que se encargue de ampliarla, mejorarla y mantenerla.

Durante cierto tiempo el SNC fue una institución eficiente, porque tenía capacidad profesional, equipo para realizar mejoramiento y mantenimiento y tenía recursos financieros. La capacidad profesional se basaba en que permitía tener solamente funcionarios de carrera y en su independencia del Gobierno Central. Esto le permitió contar con personal experimentado y altamente calificado.

En este periodo, las características de su organización fueron las siguientes:

·         Era un organismo descentralizado, con autonomía técnico administrativa. Existía la premisa de que la política debería estar fuera de la institución.

·         Existía un sistema de promoción basado en la carrera profesional. Se accedía a los puestos ejecutivos por méritos y experiencia.

·         Existía una continua capacitación del personal.

·         Se discutía permanentemente los problemas de las carreteras, a través de congresos, seminarios o encuentros de jefes y profesionales.

·         Se premiaba la eficiencia. Cada año se distinguía al distrito que mejor tenía sus carreteras.

Gradualmente su eficiencia fue disminuyendo, primero porque la red a atenderse fue aumentando, el equipo comenzó a disminuir por falta de renovación y los recursos financieros se hicieron insuficientes para atender la gran cantidad de kilómetros que tenía a su cargo. La capacidad profesional se mantuvo durante un cierto tiempo, porque se respetaba la carrera profesional, al menos hasta el cargo de subdirector, pero al final la política entró de lleno en la institución. El mantenimiento y el mejoramiento comenzaron a perder importancia, frente a los proyectos de construcción de carreteras, en los cuales estaban más interesados los gobiernos de turno.

Por la Ley de Participación Popular de 1995, los caminos vecinales pasaron a la jurisdicción de los municipios. En 1996, el SNC se dividió en nueve servicios departamentales, cada uno encargado de la construcción y mantenimiento de las carreteras de su departamento. En 1997, se encargó la red fundamental al SNC, dejando a los servicios departamentales, la administración de las carreteras de su departamento.

En 2007 el Servicio Nacional de Caminos se convirtió en la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC). Con el SNC, la construcción de carreteras se hacía con crédito externo en 80 % y recursos internos 20 %, el país no disponía de recursos para construir carreteras. Con la bonanza que se produjo en el tiempo de la ABC, el país dispuso de cuantiosos recursos para construir la red vial que tanto necesita Bolivia para impulsar su desarrollo. La ABC emprendió un ambicioso plan para pavimentar la red fundamental. Gastó 11.000 millones de $US y al presente todavía tenemos una precaria red vial. Los recursos se despilfarraron en proyectos sobredimensionados sin justificación ni técnica ni económica, con empresas que se contrataban sin licitaciones y con la modalidad de llave mano, las cuales realizaban obras mal ejecutadas, no cumplían con los términos de contrato o abandonaban las obras. La ABC se olvidó del mantenimiento, por lo que la red vial está en pésimas condiciones. El gobierno del MAS no se ocupó de las carreteras de las redes departamental y municipal, que son importantes para el desarrollo de la economía.

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