martes, 14 de junio de 2022

Corredores bioceánicos

 

Ante la noticia de un corredor bioceánico carretero que uniría los océanos Pacífico y Atlántico a través de Chile, Argentina, Paraguay y Brasil, excluyendo a Bolivia, ha encendido la alarma de que esa exclusión significaría para el país una pérdida de oportunidad de desarrollo y de ser el “eje económico Pacífico – Atlántico”.

No se toma en cuenta de que ya existe, desde hace más de una década, un corredor bioceánico carretero que pasa por Bolivia, que une el puerto de Santos en Brasil con el puerto de Arica en Chile o con Matarani en Perú, a través de la carretera pavimentada que une a Puerto Suárez en la frontera con Brasil con Santa Cruz, Cochabamba y Tambo Quemado en la frontera con Chile o Desaguadero en la frontera con Perú.

Sencillamente no ha pasado nada. No se produjo el flujo de camiones esperado llevando carga de exportación brasileña de estados brasileños limítrofes con Bolivia a los puertos del Pacífico, para ser llevada por mar a mercados del Asia. Esto en el supuesto de que se tendrían menores costos de transporte, en comparación con los costos de transportar esa carga por barcos marítimos, que tienen que hacer un largo recorrido por el canal de Panamá o por el estrecho de Magallanes.

Desde hace muchos años, las exportaciones de soya y sus productos que se producen en el departamento de Santa Cruz, se llevan a Colombia por el largo recorrido de navegar por el río Paraguay – Paraná para llevarlas a puertos de su desembocadura, donde se trasladan a barcos marítimos que las llevan a su destino final. No son transportadas por carretera al puerto de Arica y de allí por mar hasta Colombia, donde se tendrían menores distancias de transporte.

Esto sucede porque los costos de transporte por carretera son mucho más altos que los costos de transporte por río y mar. El transporte acuático es el modo de transporte más barato que existe, esto principalmente por las economías de escala que tiene. No existe ningún ahorro en costos de transporte, llevando las mercancías del este de Bolivia y el oeste del Brasil a puertos del Pacífico, para evitar el largo recorrido que hacen los barcos yendo ya sea por el canal de Panamá o por el estrecho de Magallanes.

Otro aspecto que hay que considerar son las tarifas marítimas. Por la naturaleza de la industria del transporte marítimo, éstas difieren poco para los embarques que se hacen, por ejemplo, desde el Lejano Oriente hasta puertos de América del Sur. Las tarifas pueden diferir muy poco para carga que se transporta desde el Japón hasta Arica en el Pacífico o hasta Santos en el Atlántico. Incluso puede resultar más barato por Santos. Hay que considerar también que para el Brasil su principal mercado es Europa, a donde se dirigen mayormente sus exportaciones.

Evo Morales, durante su gobierno, propuso implementar un corredor bioceánico ferroviario que una el puerto brasileño de Santos con el puerto peruano de Ilo, pasando por territorio boliviano. El costo estimado de completar los enlaces ferroviarios en Bolivia era de más de 10.000 millones de $US. Los costos por transporte acuático (fluvial y marítimo) son mucho menores que los costos por transporte ferroviario, por eso es que la soya y sus productos son exportados por el río Paraguay – Paraná y no son transportadas por ferrocarril hasta el puerto de Santos.

La implementación de corredores bioceánicos ha dominado la política de transportes del país de los últimos 40 años, siendo que no tiene ningún fundamento ni técnico ni económico. Más importante es disponer de un sistema de transportes que apoye el desarrollo de la economía. Uno de los principales escollos para este fin, es la pésima red de carreteras que se tiene, donde se han desperdiciado 11.000 millones de $US en malos proyectos, se ha descuidado el mantenimiento y se ha desatendido a las carreteras de las redes departamental y municipal.

Los bloqueos en las carreteras, que se han institucionalizado en el país, penalizan al comercio internacional ocasionándole pérdidas económicas y sobre todo ocasionan daños a la economía nacional. No tiene ningún efecto en el transporte regional. Las relaciones comerciales entre los países sudamericanos están establecidas a través de los modos de transporte de que disponen entre ellas y en especial del transporte marítimo. Bolivia juega un papel marginal en ellas. A Bolivia le interesa más tener sus conexiones internacionales expeditas con los países vecinos, para beneficio de su propia economía.

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