Once meses de Añez
El
periodo de once meses de la presidenta Jeanine Añez tuvo como principal tarea
la lucha contra la pandemia del covid-19, que encontró a Bolivia con un sistema
de salud muy precario, con carencia de hospitales de segundo y tercer nivel,
falta de equipamiento en los hospitales existentes, en especial de unidades de
terapia intensiva, con carencia de respiradores y sin contar con la suficiente
cantidad de profesional médico. Para esta tarea tuvo la cualidad de reunir a
instituciones como las fuerzas armadas, la policía, colegios médicos,
gobernaciones, gobiernos municipales y otras instituciones. Gobernó para todos
los bolivianos, formó un buen equipo de trabajo, supo organizar, coordinar,
comunicar, alentar, llamar a la unidad y a la solidaridad. Ejecutó medidas de
subsidio y transferencia de recursos a sectores vulnerables de la población,
como los bonos familia, canasta familiar y universal y de apoyo al pago de
servicios básicos.
Jeanine
Añez gobernó con una asamblea dominada por el MAS, que aceptó la renuncia de
Evo Morales y avaló su presidencia. Tuvo que enfrentar a las bandas masistas
que querían originar una guerra civil y hacer que Evo Morales retorne a la
presidencia. El país logró ser pacificado y Añez gobernó los once meses con la
asamblea y con el poder judicial instaurado por Evo Morales. La primera trató
de entorpecer su gestión y el segundo se escondió en la sombra de la
continuidad, para salir luego a ejercer su función de servir a los intereses de
Evo Morales. Ni Luis Arce Catacora, ni ningún político del MAS habló de fraude
y golpe de estado y su partido y él como candidato, hicieron campaña con toda
libertad para ganar las elecciones de octubre de 2020.
Once meses de Arce
Cuando
Bautista Saavedra fue a reclamarle a Hernando Siles el padrinazgo de su
elección como presidente, Siles le respondió “antes usted hablaba con el
ciudadano Hernando Siles, ahora está hablando con el presidente de la
república”. Hernando Siles ejerció la presidencia según su propia voluntad y
fue un buen presidente, evitó la guerra con Paraguay, solamente su presidencia
fue opacada por el intento de prorrogarse.
El
presidente Luis Arce Catacora en los once meses que tiene de gestión no ha
asumido la responsabilidad que tiene como presidente, que es de gobernar para
todos los bolivianos, de buscar la unidad del país, de tomar medidas efectivas
para paliar los efectos de la pandemia y de recuperar a la economía. En cambio,
los once meses los ha dedicado a reivindicar la figura de Evo Morales,
intentando instaurar la falsedad de que en 2019 no hubo fraude y que hubo un
golpe de estado, contra la evidencia que muestran los hechos ocurridos.
Está
haciendo un grave daño a la institucionalidad del país, en especial al
principio de autoridad y al estado de derecho, al haber permitido la prisión a
la expresidenta Jeanine Añez, ministros, jefes militares y de la policía. Ello
fue dispuesto para sentar precedente de que nadie puede ocupar la presidencia,
que pertenece exclusivamente a Evo Morales y que las autoridades civiles y
militares deben someterse a los designios del poder autoritario del MAS y no
cumplir con la misión específica que tienen que cumplir.
Jesús
dice en el evangelio “Reino que está dividido no puede subsistir”. El
presidente ha dividido al país entre los que están con el gobierno y entre los
que no quieren alinearse con él, no quiere que haya un gobierno democrático donde
se pueda opinar, sugerir, criticar y disentir. Como presidente debería trabajar
con todas las autoridades nacionales, aunque no sean del MAS, en cambio no
trabaja con autoridades opositoras, más bien su gobierno está tratando de
sacarlas de los puestos para los cuales han sido elegidas. El 55 % de votos que
ha recibido en su elección, le ha conferido el mandato de que sea presidente y
se ocupe de mejorar la situación de todos los bolivianos, de cuidar la economía,
de hacer cumplir las leyes y de que no se vulneren los derechos de los
bolivianos y no para que sea el jefe de un partido y defienda sus intereses.
El
presidente Arce está consciente de que el país enfrentará en el corto plazo una
grave crisis económica, la cual quiere hacer creer que tiene su origen en la
gestión de once meses de Jeanine Añez. No hay ninguna duda de que es la
consecuencia del modelo económico despilfarrador, que se ha implementado siendo
ministro de economía del gobierno de Evo Morales. Para los cuatro años que le
queda de su gestión ha decidido que se continue con su aplicación. Esto
significa que la economía se seguirá desangrando con la sobredimensionada
burocracia masista (6 veces más de lo que se necesita), las millonarias pérdidas
de los elefantes blancos y el déficit de las empresas públicas.
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