jueves, 12 de marzo de 2020

TRES PRESIDENTES TARIJEÑOS


En la historia de Bolivia ha habido tres presidentes tarijeños que han desempeñado un papel relevante en la historia del país. Este artículo presenta una reseña de la vida, presidencia, legado y obra de estos tarijeños.

NARCISO CAMPERO LEYES

El artículo sobre este presidente tiene como fuente el libro “Guano, Salitre, Sangre” del escritor Roberto Querejazu Calvo.

Narciso Campero estudió derecho en la Universidad San Francisco Xavier. Comenzó su carrera militar en la guerra entre el dictador argentino Juan Manuel Rosas y la Confederación Perú Boliviana. Participó en las batallas de Iruya y Montenegro y posteriormente en la batalla de Ingavi. Estudió en la Escuela de Estado Mayor de Francia. Participó en los gobiernos de José María Linares, Mariano Melgarejo, Agustín Morales y Tomás Frías. En este periodo elaboró un proyecto de revolución educativa e industrial. Estuvo condenado a muerte, se salvó de ella gracias a la intervención de sus amigos.

            Cuando estaba retirado en Tupiza, el presidente Daza le pidió que organizara una división con ciudadanos de los departamentos del sur. Conformada la división, marchó a reunirse con el ejército boliviano acantonado en Tacna, deambulando por el Altiplano por varios meses. La división tenía 1.800 rifles (la mitad inservibles), pólvora de mala calidad y falta de fondos, municiones, víveres, ropa, mulas y forraje. Alguna ayuda recibió de la empresa Huanchaca y personalmente de Aniceto Arce. Había una completa desnudez en soldados y oficiales y se tuvo que lamentar la muerte de varios soldados por las malas condiciones en que se encontraban.

            La tardanza que tuvo Campero en el Altiplano se debió a la ausencia de instrucciones. Las guerras se conducen por un estado mayor a la cabeza de un comandante. Campero nunca tuvo órdenes precisas para él mismo conducir a su división. Incluso tuvo comunicaciones directas de Daza, en las que no había órdenes concretas con respecto a las acciones que debía realizar la división. Por otro lado, era intrascendente que la división se presentara en el teatro de operaciones, puesto que no tenía ninguna capacidad de combate, la división se disolvió en Oruro y Campero se fue a La Paz.

            Después de la retirada de Camarones, los oficiales del ejército boliviano destituyeron por unanimidad al presidente Daza de sus funciones de presidente y comandante. La retirada de Camarones fue la gota que colmó el vaso, pues Daza demostró una completa incapacidad para conducir al ejército boliviano. Según Juan Granier era el “jefe que se ocupa de los placeres de la vida”. J.R. Gutierrez declara “nunca vi a Daza ordenar un ejercicio de fuego. El desconcierto, el abandono y la incuria más completa reinaban en todo el sistema militar de nuestro ejército”. El Gral. Eliodoro Camacho manifiesta “no se le ha conocido a Daza ningún plan de operaciones de campaña. Se dedicaba a mandonear y pasar su vida en los placeres de paseos al campo y de diversiones nocturnas”.

            Ante la destitución de Daza, Campero fue proclamado en La Paz Presidente de la República. Inmediatamente dejó la presidencia a Ladislao Cabrera y marchó al frente de batalla. En la batalla decisiva que tuvo lugar cerca de Tacna en el campo del Alto de la Alianza, para concretar o evitar la ocupación chilena de los territorios boliviano y peruano, Campero fue elegido como comandante del ejército conjunto. Aunque los oficiales y soldados lucharon con mucho valor, no pudieron detener a un ejército chileno bien armado y entrenado. Cuando la batalla estuvo perdida, Campero y los sobrevivientes hicieron una marcha forzada para llegar a la ciudad de La Paz.

            En la ciudad de La Paz la Convención Nacional eligió como Presidente de la República a Narciso Campero, para iniciar un periodo de organización del país para enfrentar los peligros que le acechaban. Dentro de este proceso Campero fundó una escuela de ingeniería. Un objetivo del proceso era terminar con los gobiernos de los caudillos y crear un país con democracia e instituciones. Se organizaron elecciones, en las cuales resultó elegido don Gregorio Pacheco, al cual Campero entregó la presidencia el 6 de agosto de 1884, que se puede considerar la fecha de la instauración de la República.

ANICETO ARCE RUÍZ

La fuente para este artículo ha sido el libro “Aniceto Arce. Artífice de la Extensión de la Revolución Industrial en Bolivia” del escritor Ramiro Condarco Morales.

            La cualidad más sobresaliente de Aniceto Arce es que era un excelente administrador y su campo de acción fue la minería. Comenzó su aprendizaje de la minería en las minas chilenas de Vallecito, Guanay y Chañarcillo. Después trabajó en Potosí, donde fue administrador de las minas del Real Socavón de Potosí de Avelino Aramayo. Su relación con Huanchaca comenzó con la compra de dos acciones a su amigo Mariano Ramírez. Aparte de la minería participó en la vida política del país, ejerció la jefatura política del departamento de Potosí, fue secretario de hacienda y encargado de negocios ante la República del Paraguay en el gobierno de Achá.

            Cuando Arce entró a la compañía Huanchaca ésta se encontraba en una pésima situación financiera, sus dueños no sabían qué hacer con ella. Con el compromiso de entregar a sus socios ganancias fijadas de antemano, Arce asume la dirección de la empresa. Se traslada a la mina y en ella realiza una labor tesonera y de aplicación de eficientes técnicas mineras. Mejoró el ingenio, construyó la carretera entre éste y la mina y elevó la producción con la aplicación de mejores métodos de aprovechamiento en el trabajo minero y metalúrgico. Era un otro trabajador en Huanchaca, hacía de todo, era a la vez director, gerente, ingeniero o peón. Contrataba expertos europeos y realizaba viajes a Chile para aprender métodos modernos de explotación y aprovechamiento minero. Pagaba salarios a los obreros y se preocupaba por ellos. Convirtió a Huanchaca en sociedad anónima y en una empresa prospera, de la cual fue siempre un accionista.

            Trabajó también en la diversificación de la empresa con la creación de fincas en el altiplano, los valles y el trópico, para la producción de diversos productos como lana, uva, caña de azúcar y palmeras (para obtener alcohol). En estas fincas introdujo la utilización de maquinaria. En Uruya (Potosí) convirtió una propiedad agrícola en productora de cereales con molinos y panadería. Sus empleados estuvieron protegidos de la hambruna que se produjo en el país cuando se produjo la invasión chilena al Litoral. Se calcula que favoreció a 40.000 bolivianos.

            La gran obra que hizo Aniceto Arce a favor de Bolivia fue el ferrocarril de conexión con las costas del Pacífico, que lastimosamente concluyó después de la pérdida del Litoral. Otra hubiera sido la situación del país si lo hubiera concluido antes que estalle la guerra. Arce concibió el proyecto desde sus inicios, presentó planes concretos al Gobierno de Daza, quien se entusiasmo con el proyecto y lo apoyó con un decreto. Contrató a un ingeniero extranjero para que haga el estudio. Se encargó de conseguir el financiamiento. El ferrocarril Antofagasta – Oruro, que no tuvo ningún costo para el Estado, fue entregado por Aniceto Arce el 15 de mayo de 1892, ocasión en la que exclamó “mi obra está concluida, ahora mis enemigos pueden matarme”.

            Según testimonios históricos, Arce “se dirigió a Daza manifestándole la inmensa desventaja que llevaba Bolivia (con respecto a Chile) y le insinuaba la conveniencia de aplazar el conflicto o de evitarlo, antes que precipitar al país a su ruina”. También “obtuvo promesa formal de Daza para el aplazamiento de la ejecución del impuesto salitrero por el tiempo necesario para promover en Europa la organización de una gran sociedad que se encargue de realizar el proyecto de ferrocarril”. No obstante, apoyó el esfuerzo de la guerra con sus recursos y con empréstitos de la Compañía Huanchaca.

            La Convención Nacional de 30 de mayo de 1880 eligió a Narciso Campero como Presidente de la Republica y a Aniceto Arce y Belisario Salinas como vicepresidentes. Los dirigentes del país se dividieron en guerristas y pacifistas. Campero era guerrista y Arce pacifista, por lo que fue destinado al sur del país y luego destituido y desterrado. El tiempo les dio la razón a los pacifistas, porque fueron los guerristas los que tuvieron que firmar el tratado de 1904. En este asunto, tuvo conversaciones con el presidente chileno Santa María para que Tacna y Arica sean transferidos a Bolivia, que no prosperaron por la oposición de los guerristas.

            En las elecciones de 1884 salió segundo después de Pacheco y primero en las de 1888, por lo que fue Presidente de la República en el periodo de 1888 a 1892. Para consolidar a la república emitió el 3 de diciembre de 1888 la “Ley de Organización de la República”. Se preocupó por dotar a Bolivia de instituciones, leyes y reglamentos que la conduzcan por los caminos del progreso. Fundó el Colegio Militar del Ejército para que Bolivia disponga de un ejército profesional, que no lo tuvo en la Guerra del Pacífico. Dio un fuerte impulso a la industria agrícola e industrial. Buscó introducir la industria siderúrgica. Dictaminó la ilegalidad del pongueaje.

            Las grandes obras de Aniceto Arce fueron: introducción de la maquinaria en las industrias minera y agrícola, el mencionado ferrocarril de Antofagasta a Oruro, que motivó la fundación de Uyuni, la extensión del telégrafo a la mayor parte de los centros poblados del país, la construcción de caminos y puentes como el camino a Obrajes en La Paz y el puente Arce en Chuquisaca, la construcción de edificios públicos, acueductos y obras de mampostería para la conservación de suelos.

            Aniceto Arce dedicó su fortuna a impulsar el progreso de Bolivia, para beneficio de sus habitantes. Cuando dejó el Gobierno, si bien no estaba pobre, su fortuna quedó apreciablemente reducida.




VÍCTOR PAZ ESTENSSORO

La fuente para este artículo ha sido el mismo Víctor Paz a través del libro “Conversaciones con Víctor Paz Estenssoro” del escritor Eduardo Trigo O´Connor d´Arlach y la experiencia personal que he tenido de su vida política y pública.

El Dr. Víctor Paz Estenssoro estudió hasta el quinto de secundaria del colegio San Luis en Tarija y salió Bachiller del colegio Bolívar de Oruro. Quería ser ingeniero civil, pero no había en Bolivia una facultad donde pudiera estudiar esta profesión. Estudió derecho en la Universidad Mayor de San Andrés y al final fue un economista autodidacta.

            Trabajó durante el Gobierno de Hernando Siles como secretario abogado en la comisión de reorganización del sistema bancario del país y en la comisión fiscal permanente. Fue luego oficial mayor del Ministerio de Hacienda, cargo que desempeñó en los gobiernos de Blanco Galindo y Salamanca. Renunció a este cargo cuando le querían obligar a afiliarse al partido oficialista y por su capacidad profesional fue invitado a trabajar en la Contraloría General de la República.

            Participó de la Guerra del Chaco primero como interventor en el Primer Cuerpo del Ejército con asiento en Fortín Saavedra por parte de la Contraloría y luego en la batería Seleme, como respuesta al llamamiento que se hizo de su categoría de reservista. Finalizada la guerra trabajó un corto tiempo con la Patiño Mines, de la cual se retiró para postularse como candidato independiente a diputado por Tarija, resultando elegido en el último lugar. Posteriormente fue nombrado presidente del Banco Minero. Todo esto fue durante el Gobierno del Tcnl. Germán Busch.

            Durante el Gobierno del Gral. Enrique Peñaranda, cuando era también diputado, con otros políticos e intelectuales fundó el 7 de junio de 1942 el Movimiento Nacionalista Revolucionario. Entre ellos estaban Hernán Siles Suazo, Walter Guevara Arze, Augusto Céspedes y Carlos Montenegro. Víctor Paz fue nombrado jefe. Junto con la logia militar Razón de Patria (RADEPA) propiciaron el golpe del 20 de diciembre de 1943 que derrocó a Peñaranda y puso al frente del gobierno al mayor Gualberto Villarroel. Durante este gobierno fue Ministro de Hacienda. En esta época era catedrático en la Facultad de Ciencias Económicas de la UMSA. Como consecuencia del derrocamiento sangriento de Villarroel, Víctor Paz tuvo que asilarse en la Embajada del Paraguay, escapando a una turba que quería colgarlo, incluso sacándolo violentamente de los predios de la embajada. Salió exiliado a la Argentina y luego a Uruguay, cuando fue expulsado por el Gobierno Argentino por haber organizado un movimiento revolucionario para derrocar al Gobierno de Bolivia que fracasó. En las elecciones del 6 de mayo de 1951 que organizó el Gobierno de Mamerto Urriolagoitia, el MNR obtuvo la mayoría con Víctor Paz como candidato a la presidencia, pero Urriolagoitia las desconoció y entrego el Gobierno a una Junta Militar.

            El desconocimiento del triunfo del MNR en las elecciones de 1951 tuvo como réplica la revolución popular del 9 de abril de 1952, cuyos actores principales fueron el Comité Revolucionario presidido por Siles, Lechín y Barrenechea, trabajadores, mineros de Milluni, universitarios, carabineros y algunos militares que apoyaron el movimiento. Víctor Paz regreso del exilio el 15 de abril y fue recibido por una enorme multitud, que “fue la concentración más grande (para aclamar a un político) que se tiene memoria en la historia boliviana”. En el palacio de gobierno juró como Presidente de la República para el periodo 1952 – 1956 y volvió a ser presidente en el periodo 1960 – 1964. Fue derrocado por el vicepresidente René Barrientos el 4 de noviembre de 1964, a poco de haber iniciado su tercer periodo.

            En palabras de Víctor Paz “El 9 de abril de 1952, para decirlo en una apretada síntesis, marca el comienzo de un proceso que se caracteriza por la presencia de las grandes mayorías nacionales en el manejo de la cosa pública y por las transformaciones profundas efectuadas para hacer de un país semicolonial y de un pueblo oprimido, un ente nacional democrático y soberano. El propósito cardinal de mi primer gobierno fue modificar, fundamentalmente, la estructura económica y social con la liquidación del poder minero feudal mediante la nacionalización de las minas y la reforma agraria, lo que permitió una distribución más justa del ingreso nacional y la vigencia de un plan de desarrollo y la diversificación de la economía”. Otras medidas tomadas fueron el voto universal, la reforma educativa (para que la educación llegue a toda la población), la creación de legislación del trabajo y del sistema de seguridad social.

            En lo económico se impulsó el desarrollo de Santa Cruz y de los hidrocarburos con la generación de empresas privadas, el fortalecimiento de YPFB (a cargo de su hermano José Paz Estenssoro) y la apertura del país al capital privado. En el campo energético se construyó la planta hidroeléctrica de Corani y otras de generación termoeléctrica. Se instaló el ingenio azucarero de Guabira. Una medida transcendental fue la creación del Servicio Nacional de Caminos, que permitió que el país dispusiera de una red de carreteras.

            La cuarta presidencia de Víctor Paz se produjo cuando el Congreso lo eligió presidente, después de haber salido segundo en las elecciones del 14 de junio de 1985, después de Hugo Banzer. Fue posesionado el 6 de agosto de 1985, cuando el país estaba inmerso en una profunda crisis económica. Para enfrentarla dictó el decreto 21060 el 29 de agosto de 1985. Con esta medida la crisis cedió y el país volvió a la normalidad económica, se controló la inflación y se reactivó la producción de bienes y servicios. El Gobierno introdujo nueva moneda y puso el gasto público bajo control.

            Pero el decreto 21060 no fue solamente para superar la crisis, sino que fue el comienzo de una nueva política económica, que comprendió a un conjunto de reformas estructurales que cambiaron el sistema económico de Bolivia. Básicamente, se pasó de un sistema económico en el que el estado era el principal ejecutor de las actividades económicas, a un sistema en que el mercado sea el lugar donde se realizan y se estimulan las actividades económicas.

            Aparte de cuando fue presidente y embajador, Víctor Paz llevó una vida sobria, en los tres exilios que tuvo se mantuvo económicamente trabajando como consultor y catedrático. Finalizó sus días en la ciudad de Tarija, viviendo en una casa sencilla y nada lujosa, junto a su esposa Teresa Cortéz.

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